martes, 15 de diciembre de 2009

VIDAS CRUZADAS



Vidas cruzadas es una historia de historias. El desarrollo de todas ellas a veces vive sin más, otras se cruzan en un "choque" un "crash" como única forma de existencia.
Una interesante metáfora sobre nuestra relación con los otros y la forma de hacerlo en el contexto actual.

AMORES PERROS



Dirigida por Alejandro González Iñárritu y protagonizada por Emilio Echevarria y Gael García entre otros; narra tres vidas y como "chocan" en el desarrollo de la historia. "Amores perros" es una radiografía de lo mejor y lo peor del ser humano y los mecanismos de relación entre los seres humanos.

BABEL



Dirigida por el mexicano Alejandro González Iñárritu, con guión de Guillermo Arriaga, y protagonizada por Gael García Bernal, Brad Pitt y Cate Blanchett,entre otros.




Basada en la Torre del mismo nombre, Babel aglutina cuatro historias basicamente anexionadas por causas y efectos, un objeto como punto de inflexión es el punto de partida y llegada que unirá 4 continentes y 9 destinos.
Las cosas no ocurren porque sí. Efecto mariposa, la interconexión de un mundo que sigue actuando como si esto no fuera así.

lunes, 14 de diciembre de 2009

El Aleph de Jorge Luís Borges.COLLAGE









Beatriz, pequeña Beatriz, azul, frío, perdido,libre, para tí.

martes, 8 de diciembre de 2009

El jardín de los senderos que se bifurcan

ENSAYO SOBRE
EL JARDÍN DE LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN
De Jorge Luis Borges

Introducción: Nuevas estructuras narrativas e interactividad constructiva
El análisis de la estructura narrativa de un texto implica en cierto modo el análisis de la visión del mundo que subyace al mismo y que nos lleva a su vez a la cosmovisión propia de su autor, a la construcción particular que de éste ha realizado. A su vez, esta construcción de la realidad y de la ficción se enmarca en un contexto socio-histórico, ideológico y filosófico que determina o al menos condiciona espacios, personajes, ideas, posicionamientos, acontecimientos y desenlaces (González, 2008).
Las nuevas posibilidades de recrear universos construidos desde la ficción y de introducirse en ellos en condiciones que simulan la realidad, protagonizando historias soñadas y respondiendo continuamente al reto que suponen los continuos desafíos que las historias nos proponen, suponen un hito en la historia de la narrativa. Las nuevas tecnologías están haciendo posible lo que ciertamente estaba ya a nuestro alcance a través de formatos tradicionales, con la diferencia de que los nuevos formatos permiten hacer “realidad” los cambios espaciales y temporales en la historia a través de la recreación de nuevos escenarios virtuales. Artefactos culturales como los videojuegos han contribuido poderosamente al desarrollado de estas nuevas estructuras narrativas. En este sentido, se proponen guiones de interactividad que continuamente implican modificaciones posibles en los itinerarios seguidos, en las tramas y en los posibles resultados.
Pero todo este universo interactivo requiere precisamente de la participación activa y constructiva del “lector”. Las nuevas estructuras narrativas creadas o recreadas a la luz de las nuevas tecnologías necesitan de un lector o usuario que “ordene” la historia, que de forma y sentido propio al relato. El lector necesita reordenar los acontecimientos para poder captar el sentido del texto y acceder a los elementos propios de la comunicación. El escritor sitúa en un espacio virtual pensamientos, acontecimientos, personajes y tramas, con uno o varios significados, uno o varios desenlaces, una o varias moralejas. La versión definitiva no está terminada nunca, ya que depende en última instancia de la construcción que realiza quien se introduce en la historia, quien piensa con los personajes del relato, quien se encuentra indeciso sobre qué camino tomar o quien se lamenta de la suerte final de uno de los personajes. Hay que decir en honor a la verdad que, esencialmente, la mayoría de estos aspectos habían sido ya destacados desde los enfoques transaccionales e interactivos de la lectura y la escritura (Rosenblatt, 1978; Solè, 2001), aunque, como decíamos anteriormente, la novedad está en las nuevas posibilidades de recreación virtual de los cambios en el recorrido de la trama y de la narración. Aún podríamos decir que más allá de la interactividad, estas nuevas posibilidades de participación en la construcción de los relatos, están convirtiendo al lector en el protagonista real y principal de las historias.
En este sentido, los relatos estructurados de forma hipertextual han contribuido a poner de relieve una cierta ruptura con los formatos literarios clásicos que empezó a gestarse de una forma importante ya a principios del siglo XX. La multidireccionalidad en los itinerarios, una cierta aleatoriedad en los acontecimientos que parecía poner en cuestión las relaciones causales más arraigadas entre los acontecimientos y con relación al orden en que estos debían sucederse. La generación de intriga, sorpresa o diferentes expectativas en función de la trama, quedaban suspendidas o se hacía recaer la responsabilidad en el lector. La búsqueda de cierta coherencia en el propio relato, en sus personajes, en la trama, así como el cuestionamiento del desenlace final como elemento vertebrador del sentido de la historia o de la propia intencionalidad del autor, son también aspectos básicos para entender el cambio progresivo en la forma de contar historias, en qué historias se cuentan, a quién y para qué.
Las estructuras narrativas hipertextuales han contribuido así mismo de forma notable al desarrollo de nuevas posibilidades narrativas, o al menos, de experimentar la inmediatez de los cambios “reales” de escenario en el transcurso de un relato o ante las propias decisiones con relación a la trama o la información de la que se es partícipe. Como apuntábamos más arriba, el lector se convierte en creador o recreador de la obra, a través de la que puede desplazarse en función de sus intereses y motivaciones. Autores como Joyce, Cortázar, Calvino o el propio Borges, se han convertido en el centro preferente de estudios acerca de la hipertextualidad y de otras estructuras narrativas no convencionales posibilitadas por las nuevas tecnologías. Desde las teorías de la crítica literaria hipertextual, estos autores, especialmente algunas de sus obras, son considerados como precursores de la hipertextualidad. "Finnegan's Wake" de Joyce, "Pale Fire" de Nabokob, "Tristram Sandy" de Sterne, "El Castillo de los destinos cruzados" o "Si una noche de invierno un viajero" de Italo Calvino, "Rayuela" de Julio Cortázar o muchas de las "Ficciones" de Borges, revelan una estructura narrativa peculiar y ofrecen lecturas alternativas no secuenciales. La desaparición o el cuestionamiento de la linealidad clásica en los relatos, la diferente concepción de lo espacial y sobre todo de lo temporal, la difuminación de las estructuras jerárquicas o la necesaria participación del usuario para “completar” la trama, han constituido los elementos esenciales de estas nuevas estructuras narrativas.
En algunas de las “hipernovelas" de Italo Calvino, por ejemplo, en "El castillo de los destinos cruzados", el autor estructura el texto utilizando unas cartas del Tarot a través de las cuales nos cuenta doce relatos entrecruzados que componen el argumento de la novela. El hecho de poder utilizar cada carta en más de una historia posibilita diferentes significados según la historia a la cual pertenece. Un relato conduce a otro, cruzándose los personajes en un devenir de acontecimientos que pueden ser abordados –construidos- por el lector en diferentes direcciones, influyendo las decisiones de éste en los desenlaces posibles. Julio Cortazar, en su novela Rayuela, estructurada en 155 capítulos, propone una lectura guiada por una carta de navegación que precede al relato. Se trata de un experimento literario que asemejaría el recorrido hipertextual a través de una novela de 155 nodos (capítulos) agrupados en bloques guiados. Por otra parte, muchas son las obras de Borges estudiadas desde la crítica hipertextual, destacando como precursoras de la ficción hipertextual. Mención especial merecen las recopiladas en "Ficciones", por ejemplo, "La Biblioteca de Babel", "El Jardín de los senderos que se bifurcan", "La Lotería de Babilonia", “Aleph”, o "Pierre Menard, autor del Quijote".
Estructura narrativa en Borges: la representación de la realidad cambiante y multidimensional.
A pesar de que de la estructura narrativa que puede encontrarse en muchos de los escritos de Borges, podría deducirse una conceptualización lineal de la temporalidad, la realidad o ficción temporal que reflejan sus obras es mucho más compleja. En el relato que estamos analizando, “El Jardín de los senderos que se bifurcan”, al igual que en otros de sus cuentos, la historia comienza con la presentación de una causa remota que en cierto modo justifica la historia misma y su narración. Esta causa remota parece querer indicar que cualquier mínimo evento ocurrido o por ocurrir en la trama, puede hacer variar el curso de los acontecimientos y configurar una nueva historia. En este sentido, el suceder de los acontecimientos es de carácter causal, aunque el orden lógico de presentación no responda a un esquema clásico problema-solución/causa-efecto. De este modo, la causa remota configura la situación inicial y a partir de ahí ha de resolverse la acción o el problema. Los acontecimientos y las decisiones posibles desencadenan nuevas situaciones que deben ser resueltas teniendo siempre presente la situación de partida.
El tiempo, la secuencia temporal de la obra, coincide con la secuencia causal de los acontecimientos expuestos, produciéndose una deriva lógica y cronológica de éstos a partir de la situación inicial. La conceptualización temporal de Borges parece entreverse en las palabras del protagonista del relato al hacer referencia a lo inextricable y caótico del libro-laberinto escrito por su pariente Ts´ui Pén: “El libro es un acervo indeciso de borradores contradictorios. Lo he examinado alguna vez: en el tercer capítulo muere el héroe, en el cuarto está vivo…” La afirmación sobre la ininteligibilidad del texto que Albert le muestra con pasión, reflejaría la propia concepción filosófica y temporal del autor.
De este modo, Borges mantiene una conceptualización lineal de la temporalidad en su estructura narrativa, pero no así en su conceptualización filosófica del tiempo, caracterizada ésta por su infinitud y ausencia de linealidad. La articulación de narraciones escritas necesariamente lineales que contemplen a su vez la infinitud del tiempo, la simultaneidad de sucesos y las diferentes posibilidades de acción, constituyen el desafío que afronta Borges junto a otros autores como Faulkner (citado en Biramontes, 2007).
En este sentido, Castells (1998), haciendo referencia a una nueva temporalidad, y definiéndola como: “la mezcla de tiempos para crear un universo eterno, no autoexpansivo, sino autosostenido, no cíclico sino aleatorio, no recurrente sino incurrente: el tiempo atemporal, utilizando la tecnología [entiéndase, en este caso, la escritura] para escapar de los contextos de su existencia y apropiarse selectivamente de cualquier valor que el contexto pueda ofrecer al presente eterno”, repara precisamente en Faulkner como autor en el que la conceptualización temporal de sus relatos encuentra la justa desestructuración con relación a la secuencia lógico-causal. De este modo, Faulkner representaría una nueva noción de la temporalidad y de la forma de representar el mundo a través de la escritura. Con relación a esto, se ha apuntado que Borges estaría representando nuevas conceptualizaciones filosóficas sobre el tiempo mediante la utilización de estructuras narrativas esencialmente lineales, mientras que Faulkner estaría abordando temáticas clásicas con estructuras narrativas caracterizadas por esta nueva noción de la temporalidad.
Desde un enfoque textual clásico podríamos afirmar con severidad que “algo no va bien si en el tercer capítulo muere el héroe y en el cuarto está vivo”. Muchos han sido los intentos por otorgar otro orden al relato, desde el flashback, las historias cíclicas o las historias entrelazadas; si bien es cierto que los márgenes dentro de estas estructuras siguen siendo, en definitiva, los mismos: un principio, un desarrollo y un fin, que discurren de manera paralela a la palabra tiempo y que pueden llegar a desordenarse, pero inexcusablemente caminan unidos.
Ordenar el mundo es más que una necesidad y a ese empeño nos hemos sumergido cada cual en la medida de nuestras posibilidades, pero hasta qué punto ese orden se ajusta a la realidad, a la verdad. Romper ese aparente orden de todo lo conocido, puede causar una severa crisis de ansiedad o hacernos libres ¿saltamos? En la obra de Antoine De Saint Exupery, “El principito” conoce en su viaje a un rey, un vanidoso, un bebedor, un farolero, un geógrafo... Cada uno dedicó su vida a un gran sueño, a un cometido sin igual para ellos. T´sui Pen, en la obra de Jorge Luís Borges, tuvo en su vida dos cometidos: “todo lo abandonó para componer un libro y un laberinto”. El gran descubrimiento de estos dos cometidos, es que posiblemente se unían en uno. El resultado fue, sin duda, una obra aparentemente caótica y carente de sentido, donde era imposible dotar de orden y concierto aquella amalgama entrecruzada y extraña de relatos. Justo la forma de representar el mundo y la existencia más parecida a la realidad que encuentra Borges.
En el artificio temporal de la narrativa pre-digital, el tiempo estructuraba y determinaba el relato y dentro de estos límites establecía el papel del emisor y el receptor de la historia, donde el lector no podía aspirar más allá del papel pasivo. Algunos intentos de romper esta estructura lineal y ordenada, la podemos encontrar en obras cinematográficas como “Babel”, en el que la estructura cíclica acaba por desvelar una interrelación de las historias, “Vidas cruzadas” o “Amores Perros”. Otros formatos como las historias inacabadas, ofrecen la posibilidad al lector de elegir diferentes itinerarios en determinados nudos del relato. Pero aún así podríamos argumentar que la historia está cerrada, con diferentes recorridos, incluso diferentes finales según esos recorridos, pero un desenlace o unos desenlaces determinados.
Es así como en el relato, el tiempo se encuentra determinado por elementos auxiliares como el espacio o los objetos, y con ellos guarda una interrelación sin la cual el tiempo es intangible e imperceptible. La razón de ser del tiempo carece de sentido de manera aislada. Pero ninguno de estos elementos que a él se encuentran anexionados, definen por sí mismo la esencia del tiempo, ni son capaces de determinar su naturaleza. Romper con estos elementos auxiliares, ofrece la posibilidad de dotar de nuevos horizontes a nuestra concepción del mundo y la expresión creativa que de ellos elaboramos.
En el relato de Borges, T´sui Pen crea un laberinto desafiando hasta entonces un orden, el orden artificioso del tiempo. Y así construyó “Un laberinto de símbolos. Un invisible laberinto de tiempo“. “Tsui Pen se había propuesto un laberinto que fuera estrictamente infinito”. Donde existiese otro mundo medible sólo por sus propias reglas y donde fuesen posibles variables lejos de los márgenes del mundo tal cual lo entendemos. En este sentido, la conceptualización del mundo y de la forma de representárnoslo, es tan firme que concebir una realidad lejos de los parámetros convencionales parece carente de razón. Se hace necesario deconstruir la realidad tal cual la entendemos para saltar a un mundo donde todo es posible y donde el tiempo sólo responde a su propia naturaleza. Dentro de esta nueva realidad, la construcción se compone inevitablemente con el “lector- actor” o con el “espectador-activo” y sin él es imposible la creación del relato, porque él ensambla, forma y otorga sentido, su propio sentido a la obra. Las variables pasan a interrelacionarse con la participación activa del individuo y sin su elaboración-interpretación de este mundo no existen. No hay una sola realidad, porque la realidad nunca es una, sino de quién la interpreta a raíz de su propia elaboración.
Todo puede ocurrir si el actor ha desarrollado una lógica que las ha conectado. ¿Acaso no es esta dinámica más coherente con la realidad que la determinación absoluta de las variables? Cuando sentimos, ni tú ni yo lo haremos de la misma forma. Cuando pensamos, ni tú ni yo convergeremos en todos los motivos. Cuando construimos una comprensión parcial del mundo, no lo haremos de la misma forma, porque tú lo construirás con todo lo que te hace ser tú y yo con lo que sigue haciéndome yo misma. Porque la realidad no es una. Ahora sí serás el protagonista de esta historia.




Referencias y bibliografía consultada
Borges, J.L. (1997). Ficciones. Madrid, Alianza Editorial.

Calvino, I. (1989). El castillo de los destinos cruzados. Madrid, Siruela.

Castells, M. (1998). La era de la información: Economía, sociedad y cultura. Volumen I: La sociedad red. Alianza Editorial, Madrid.

Cortazar, J. (1977). Rayuela. Barcelona, Edhasa.

Revolución visual IQT. Taller de creación narrativa audiovisual y nuevas tecnologías de la información. http://revolucioniqt.blogspot.com/2009/01/taller-de-creacin-narrativa-audiovisual.html
(Pág. Consultada 7/12/2009)

http://www.wikilearning.com/articulo/sobre_el_relato_hipertextual_los_nuevos_generos_literarios_y_el_futuro_de_la_novela-nuevas_y_viejas_formas_de_narrar_i/18756-1
María del Mar Paúl Arranz, extraido de: http://www.ucm.es/info/especulo/numero29/nuevieja.html (pág. consultada 7/12/2009)

Sinapsis Contenidos: creación, gestión y mantenimiento de contenidos
http://www.sinapsis.es/02_s/sc/index.jsp?op=4

Biramontes, Martín (2007). Las antinomias temporales en las estructuras narrativas Borges y Faulkner, etnógrafos de dos mundos.
http://www.unesco.org.uy/shs/fileadmin/templates/shs/archivos/anuario2007/articulo_06.pdf

González de la Llana, N. (2008). El sueño de un dios: la estructura narrativa en Niebla de Unamuno y “Las ruinas circulares” de Borges. Anales de Literatura Hispanoamericana, vol. 37, 263-274.

Lamarca Lapuente, M.J. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. http://www.hipertexto.info/documentos/literat.htm (Consultado 7/12/2009)

Rosenblatt, L.M. (1978): The reader, the text, the poem: The transactional theory of the literary
work. Carbondale, Illinois: Southern Illinois University Press.

Saint-Exupéry, A. (2000). El Principito (El aniversario).Barcelona: Salamandra.

Solè, I. (2001): Leer, lectura, comprensión: ¿hemos hablado siempre de lo mismo? En Varios
Autores, Comprensión lectora. El uso de la Lengua como procedimiento. Caracas, Edit. Laboratorio Educativo/ Barcelona, Graó.